Que nos costaba hablarnos, discutirlo, no callarlo. Que nos costaba respirar profundo, tolerarnos, respetarnos, darnos la oportunidad de conocernos, de no odiarnos. Que nos costaba pedirnos disculpas, arrepentirnos, tragarnos el orgullo, dejar de gritarnos, y mostrarnos tan solo por una vez, débiles.
Porqué nos evitamos, porqué nos fuimos por caminos muy distintos, nos encerramos con las mismas paredes llenas de pesadez y hartazgo. Fuimos desvaneciéndonos y nuestras almas se fueron desgarrando, desmembrándose, y quizá nunca más estén juntas. Que nos costaba tenernos un detalle, una consideración, qué nos costaba tener un gesto amable, abrazarnos y decirnos lo mucho que nos amábamos, qué nos costaba detener el tiempo y expresar nuestros verdaderos sentimientos.
Hoy, para ti soy una extraña, tú y yo somos sólo sombras que viven juntas pero muy distanciadas, somos entes grises que no pueden mirarse a los ojos sin querer salir huyendo, no podemos estar en paz si no nos hacemos daño, la simple presencia de la otra persona nos altera y desequilibra, a tal grado, que no cabemos bajo el mismo techo.
He llorado tanto y he hecho tan poco...
Te perdí, me fui huyendo, me quedé mirando con los brazos cruzados y con reclamos en el aire. El tiempo nos pasó sin que nos diéramos cuenta de que estábamos dejando pasar los buenos momentos y los recuerdos que nos harían sonreír en el futuro, hoy ese futuro ya llegó y nunca sonreímos, sino todo lo contrario, poco a poco fuimos amargando nuestra existencia.
Nuestro amor se rompió, y cada quién tomó los pedazos que pudo y fue a enterrarlos, a esconderlos lejos de la realidad. Para evitar nuestro fracaso a toda costa, para aparentar lo que ya no éramos, fingimos ser "normales" y como de novela.
Jamás imaginé que estaría así, aquí, con este frío, con esta triste y miserable distancia llorando, con este invierno que me está secando, que me va apagando poco a poco.
No soy quien aparenté, no soy perfecta y no quiero serlo, aunque a veces me pregunto si aún con la perfección no te sería suficiente. No tengo puestas mis máscaras, así como me ves, débil, llorando, con los ojos hinchados, la voz quebrada y esta redención, ya no busco ser alguien con quien no estoy a gusto, lo único que busco es ser alguien para ti, alguien especial.
Quisiera, porque aún tengo la esperanza, que me miraras a los ojos y que me abrazaras, y que fuera el abrazo más sincero que jamás nos hayamos dado, quisiera escucharte decir que todo estará bien, que la tormenta ya pasó y que el odio y esta guerra sin sentido han quedado atrás, que nada de eso va a volver, que ya no habrá más dolor.
Hoy quiero volver el tiempo y amarte con el corazón.
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