Llevo varios días así, suspirando, soñando con los ojos abiertos, imaginando y sonriendo, mirando con gusto y con odio a mi celular, dando gracias al cielo y maldiciendo a la vez, qué está pasando. Algo se instaló en mi mente y no se quiere ir, se va adentrando más y más en mi ser y revuelve mis recuerdos a su paso, desempolva mi corazón que ya había estado entre telarañas durante tanto, pero mientras más se acerca a mi sentir más quiero que se aleje, quiero detener su llegada para no sentir dolor, quiero al mismo tiempo dejar de sentir miedo, me digo a mí misma que debo tranquilizarme y dejar que las cosas tomen su rumbo, pero al pensar que ese rumbo puede ser el camino a mi perdición, me altero y mi instinto de supervivencia me dice que lo detenga, que no lo deje seguir; recuerdo y cierro los ojos, siento un frío y una tristeza que me hacen morderme los labios, me cuesta ver al pasado con una sonrisa, me pesan los hombros al revivir lo superado, pero cuando viendo al futuro me hago ilusiones, una sonrisa llena de esperanza surge en mi rostro, veo sus ojos y siento su aroma, invento momentos y puedo tocar su piel, suspiro de nuevo y vuelo alto, me armo de valor y dejo al pasado a un lado, me vuelvo libre, me siento yo misma, quiero hacer todo lo que pospuse siempre, quiero vivir con pasión lo mucho o poco que me queda, quiero ser ligera y romper con mis propias cadenas, quiero liberar a mis demonios y unir mi alma, quiero hacer todo mas hago nada, cierro los ojos de nuevo y veo que sigue lejos, aún no está aquí, la fuerza se cuela de mis manos, se me escapa otra vez, vuelve el frío al saber que me falta tanto, que los demonios siguen paseando por mi recámara, que me acompañan y parten mi alma, que soy conflicto y dolor, que estoy atrapada en mi pantano de emociones, que vivo en un mundo que me he inventado, donde ya no hay frío, donde no hay distancia de por medio, donde sonrío, disfruto y soy feliz.
Sí, cerrando los ojos decaigo, y me pesa mi exigencia justo antes de dormir, quisiera amar a las cosas tal y como son, no cambiarlas porque así son especiales, quisiera ver a mi vida como algo de orgullo, pero esos demonios se quedan ahí, a un lado de la cama, pero los aparto y dejo para después, así, vuelvo a ser libre en mis sueños, vuelvo a volar pero esta vez dormida, estoy con muy grata compañia, canto, bailo, brinco, siento, me gusta...soy feliz.
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